miércoles, 30 de enero de 2008

Crónica Geselina (7)

Retorno

Abandonar un lugar entrañable resulta siempre una experiencia conflictiva, la incertidumbre del retorno merodea el momento de la partida. Y es así, no importa si ese lugar queda a 100 o a 10.000 kilómetros de nuestro sitio de residencia. El retorno tampoco garantiza el reencuentro. Muchas veces se quiere volver a lo que se dejó y resulta que esto parte el mismo día que nosotros. Y toma rumbos desconocidos. Hay ciudades que siempre nos reciben con el mismo rostro; otras, son prácticamente irreconocibles. Son los últimos días de nuestra primera vez en Gesell. Nos quedamos con estas dos imágenes: las fiestas en la arena, a la caída del sol, y la playa desierta, por los que ya nos estamos marchando.

sábado, 26 de enero de 2008

Marplatenses (4)

El Arquitecto, la Ciudad y el Mar


Entre fines del siglo XIX y primeras décadas del XX, la Naturaleza adquiere nuevos significados. Con el surgimiento de las grandes metrópolis, el mar, la sierra y la montaña, históricos refugios de pensadores, poetas y lugareños, serán reconfigurados como espacios deseados: la contemplación y el goce estético se volverán redituables. Alejandro Bustillo es el principal encargado de transformar los paisajes más significativos para el turismo en la Argentina. Se ocupará de la Bristol, la Rambla, el Casino, el Hotel Provincial en Mar del Plata; del Hotel Llao Llao y el refugio del Cerro Catedral en Río Negro; y del vallado de las Ruinas Jesuíticas y el Hotel Cataratas en Misiones, entre algunas de sus muchísimas obras.
Bustillo procedía de una familia aristocrática, fue criado entre la Pampa ganadera y la ciudad moderna. Fiel a sus orígenes y a su formación europea, cada lugar intervenido debía necesariamente hablar el lenguaje de aquellas fuentes, lenguaje que oscilaría aquí, como en los centros, entre el neoclasisismo francés, el eclecticismo y el modernismo austero y despojado con el que se combatirá al noveau y al deco, ambos predilectos de las clases en ascenso.
Las construcciones de Mar del Plata sellan, de alguna forma, el tipo de relación que tendrá la ciudad con el mar. O, lo que es lo mismo, la tensión entablada y jamás resuelta entre Arquitectura y Naturaleza. Al Oceáno allí, en ese punto exacto, le acontece una singularidad que lo extrae de la rutina y la indiferenciación: se abre una ciudad que competirá en intensidad, belleza y sobresalto, con él mismo. A la primera visión, a la primera conmoción que experimenta el hombre frente al mar, Bustillo le opone la monumentalidad y la grandielocuencia de una arquitectura que intentará captar, a través de tonos, colores, ritmos, composición de elementos y materiales, la ligereza, los cambios de humor pero también la densidad de su interlocutor. Ciudad y Mar conviven en Mar del Plata en curiosa comunión: parecería que ninguno de los dos podría sobrevivir sin el otro.

sábado, 19 de enero de 2008

Geselinas (2)

El pescador, el perro y el mar

Pancho tiene una placa y un poema en la entrada del Club de Pesca de Gesell. Al parecer, su amo se perdìó en el mar; Pancho, el perro fiel, lo esperó hasta la muerte. A uno se lo llevó la marea, al otro el desgaste de la vigilia eterna, dicen los versos. No pudimos evitar la imagen de ese perro ansioso, con la vista clavada en el mar, a la espera del retorno imposible. Tuvo que morir para que esta cesara. La historia es real y sucedió aquí, en Villa Gesell.

viernes, 18 de enero de 2008

Geselinas (1)


Una que sepamos todos

El sonido de tambores de la murga convive con los esfuerzos del cantante del Centro de la Cultura por entonar Atardecer de un día agitado y la potencia de Pink Floyd, con The Wall, desde los altoparlantes. La 3 es el corazón de la Villa Gesell nocturna. Una multitud se agolpa a lo largo de sus cuadras y se detiene en cada una de sus estaciones transitorias: equilibristas, artistas callejeros, artesanos y negocios de casi cualquier cosa. Una multitud donde predominan los adolescentes: están en todas partes, se mueven en racimos y por lo general los chicos van por un lado y las chicas por el otro. Esto ayuda al objetivo primordial de esos desplazamientos: el juego de la seducción, la conquista, el descubrimiento. Gesell es muy joven, los adultos que deambulan por calles y playas ocupan un rol secundario, y, por lo general, de discretos custodios de esa juventud siempre demasiado expuesta. Los adolescentes parecen, sin embargo, un malón con ciertas premisas tácitas: nada de ostentación -el lujo es vulgaridad resuena en la voz del Indio Solari, y parece un himno. Se visten en forma sencilla -solo de tanto en tanto alguna prenda de marca-, como para dejar bien en claro que no son promotores gratuitos de nadie. Son austeros, planifican su economía vacacional y escuchan ofertas, sobre todo de los pubs que se los disputan como trofeos. A la playa la ven un rato a la tarde, luego, la larguísima noche que empieza en el departamento de alguno, a manera de aguante hasta las mágicas dos de la mañana, y termina sobre la mesa de algún café de la 3, cuando el sueño y el sol los mandan de vuelta a casa. Se diferencian notoriamente de sus predecesores de la década pasada y guardan, tal vez, algo de aquel espíritu bohemio que caracterizó a las playas hace varias décadas atrás. Pero ya casi no hay fogones. Alguien invita a uno para mañana a la noche, circulan fotocopias de las canciones que se irán a entonar, está El oso. Habrá que ver si la saben de memoria.


lunes, 14 de enero de 2008

Verano

A nuestros lectores:
Parte de la redacción de Contratiempo se va a la playa. Desde allí habrá notas y fotos para el blog.
La revista reinicia sus actividades en Febrero.
Morticia sigue en elaboración (estará en la calle entre marzo y abril).
Los cursos comenzarían a mediados de marzo (cartelera disponible a partir de febrero).
El material enviado (libros y revistas) se sigue recibiendo en nuestra redacción.

Revista Contratiempo
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domingo, 13 de enero de 2008

Enero en Contratiempo

Textos y Autores olvidados de la Literatura Argentina
en Revista Contratiempo:
Las 40 / EZEQUIEL MARTÍNEZ ESTRADA
Ventanas iluminadas / ROBERTO ARLT
A fotografiarse / MACEDONIO FERNÁNDEZ
La galera / MANUEL MUJICA LÁINEZ
Un accidente callejero / RAÚL SCALABRINI ORTÍZ
Revista Contratiempo