viernes, 30 de septiembre de 2011

LA ESCRITURA DE ARIEL (7)

Sarah, Ariel y Suarez conforman un trío de personajes donde el elemento faltante, Ariel, detona a los otros dos. Sarah puede librarse de Suarez; este puede matarla y así eliminar testigos. O Ariel puede retornar del pasado y zanjar la cuestión. Ariel puede ser una historia de pasiones, venganzas y ambiciones. Pero no, no interesa tanto elaborar una ficción sino mostrar que ella, en sus formas de construcción, se constituye en una alternativa de exploración de una realidad que tiende a convertirse en destino. Lo que equivaldría a suponer que hay más instancias de salvación porque bastaría con desmontar ese destino, como se desarma una ficción al ser analizada,  para escapar de él. Como autora, yo no puse arbitrariamente a Sarah en el recorrido de Ariel ni en el de Suarez: yendo atrás en el tiempo, Sarah no podía evitar el circuito de violencia y muerte que Ariel le planteaba. El amor no tiene nada de irracional. De todos los cientos de hombres que entraban al bar, de todos los hombres que pasaron por la vida de Sarah, fue Ariel el único que consiguió esa mirada hacia atrás que al fin y al cabo es la que termina desatando la catástrofe.

(Fragmentos de Ariel, novela-ensayo en construcción, prevista para principios de 2012)