sábado, 27 de julio de 2013

RECORDANDO A ROBERTO ARLT

Una Metrópolis sin final feliz


"Soy un civilizado.
No puedo creer en el coraje.
Creo en la traición"
LOS LANZALLAMAS / Roberto Arlt


De espaldas a los círculos académicos y literarios, a las instituciones, a los valores sociales y morales de su época, Roberto Arlt construye su propio lector al mismo tiempo que éste se construye como clase y Buenos Aires como ciudad moderna. En la metrópolis porteña, como en la París de Baudelaire, estarán indiferenciados la salvación y la condena, el horror y la belleza, la inquietud del mal y la imposibilidad del bien. Arlt intuye la masificación del hombre, las máscaras que esconden la nada, el sitio de responsabilidad siempre vacante que marcará la historia argentina y la moral pandillesca que suele anidar en cualquier grupo, sea político, literario o intelectual, cuando roza el poder. Arlt pacta con el diablo, se afianza en la precariedad y se funda en la modernidad. Nacido en la encrucijada de múltiples caminos, sin historia, sin linaje, sin memoria, y sobre todo completamente solo, sabe que la poderosa maquinaria está en funcionamiento. Y que, al igual que sus personajes, él la tendrá que enfrentar a fuerza de subversiones y desvíos. Al canon y las buenas costumbres le opondrá una poética ligada a ese espacio que se acelera velozmente en un tiempo que caduca a cada paso. Metrópolis y modernidad estallan en la obra de Arlt, anticipando los fragmentos que hoy habitaremos (y pensaremos) nosotros.

(Nota Editorial N° 19 de Revista Contratiempo / Octubre 2004)