miércoles, 15 de enero de 2014

PERVERSIONES CULTURALES / EL CONCEPTO, LA OBEDIENCIA Y LA REALIDAD

El concepto, la obediencia y la realidad

Dañinos como pocos, los conceptos entronizados como verdades absolutas se abaten sobre toda forma institucionalizada de producción de conocimientos. Verdaderas camisas de fuerza, formatean mentes y trazan límites tan sutiles como inquebrantables. El concepto es la trampa mortal para el pensamiento nuevo. Articulados por sistemas sólidamente construidos, esta dupla feroz es la responsable de vastas producciones inertes que se apilan en universidades, institutos y centros de estudios a la espera de una improbable colaboración al pensamiento universal –o por lo menos, a la realidad nacional. Lejos de lo esperable, que el concepto o sistema creado en el pasado actúe como detonante en el presente, suele exigir la obediencia a rajatabla a riesgo de la excomunión eterna. Si no se vislumbrara la gravedad extrema de esta obediencia, y sobre todo, de la obediencia como valor de conocimiento, la cuestión rayaría lo cómico: escuchar o leer ponencias, textos y artículos en los que el autor consagrado pareciera redivivo en el académico-seguidor implica no tanto que se lo estudió a fondo sino que se lo acató como reaseguro de pertenencia a un mundo que no admite, bajo forma alguna, la innovación ni la crítica. La rigidez de las normas como antídoto contra la charlatanería se constituye a la vez en garantía de reproducción de un sistema de percepción que actúa tanto como estrategia de manipulación como de dominación. La realidad queda así sitiada y a merced de sus constructores.