miércoles, 12 de febrero de 2014

EL GUGGENHEIM: ESTÉTICA Y MOVIMIENTO



Estética y movimiento

Dicen que el Museo Guggenheim fue criticado por artistas que veían en él una dura competencia. Para capturar la atención del visitante debían enfrentar, nada menos, al organicismo vitalista del genial F. L. Wright. No existe tal competencia. Obras y espacio comulgan en armonía y ambos actúan como complementos de una totalidad que, como la forma helicoidal generadora del proyecto, está destinada al infinito. Esa vertiginosa incertidumbre que provoca toda forma abierta, opuesta a la estaticidad de las figuras cerradas, ubica sin embargo al hombre, al visitante, en el centro de una escena móvil, en la indecisión de una fuga eterna. La obra construida y la obra expuesta se interceptan en esa mirada empujada a seguir y a la vez, a permanecer. Wright comprendió que el tiempo y el movimiento eran cuestiones estéticas. Y anticipó, quizás como ningún otro arquitecto, las épocas por venir.
(Foto: Zenda Liendivit)