domingo, 9 de marzo de 2014

FICCIÓN Y VIOLENCIA /LAS TRAMAS SECRETAS. CUENTOS DE SUSPENSO Y MISTERIO

PRÓLOGO AL LIBRO "LAS TRAMAS SECRETAS"

Ficción y violencia
"Pero a nosotros, que no somos ni caballeros de la fe ni superhombres, sólo nos resta, si puedo así decirlo, hacer trampas con la lengua, hacerle trampas a la lengua. A esta fullería saludable, a esta esquiva y magnífica engañifa que permite escuchar a la lengua fuera del poder, en el esplendor de una revolución permanente del lenguaje, por mi parte yo la llamo: literatura."
ROLAND BARTHES

La ficción, como todo lenguaje, no tiene nada de inocente. No se puede ya tomarla como juego o ejercicio ocioso. Su escritura implica siempre un desafío. Por un lado, no desactivar lo que tiene de explosiva la literatura misma con fórmulas bendecidas y repetidas hasta el hartazgo. Por el otro, reflexionar sobre sus procedimientos, sobre sus formas de construcción que son también las de su época. Sus legitimaciones, sus modos de producción, de transmisión, de enseñanza, ¿no representan acaso las estructuras represivas de los modos de pensar, de valorar, de legitimar, de construir la política, la ciudad, el arte, los saberes, incluso la historia? En el concepto mismo de qué es ficción está implícito el mecanismo de regulación de lo pensable, esa voz que se eleva y legitima también clausura. Tradiciones y cánones, los venerados "corpus", la relación de lo traducible con las lenguas centrales, los grandes mercados, incluso las subversiones aclamadas y apañadas, actúan como ente regulador y a la vez, como reaseguro contra cualquier mecanismo desestabilizador a estas formas. La cuestión no es sobre qué o por qué se escribe sino contra qué se escribe. Ese contra qué, sin embargo, no es un enemigo externo. No es la rebeldía personal de no inscribir la escritura propia en tradiciones o continuidades. O de retacearla a los circuitos mercantilizados de la palabra. Es la escritura que se rebela contra ella misma. Contra lo que subyace en sus fundaciones y que solo ve la luz como horizonte de sentido ineludible. Contra la literatura como saber represivo, disciplinado y, sobre todo, pedagógico. Se escribe contra ella para abrirle una vía de escape. La literatura también puede ser, si se descuida, una garantía civilizatoria.

Los cuatro relatos que integran “Las tramas secretas. Cuentos de suspenso y misterio” fueron escritos en diferentes épocas. Tienen, sin embargo, como eje y obsesión el tema del poder y sus imprevisibles itinerarios. Ellos son: 
1. “Las tramas secretas”, escrito recientemente y al que no puedo definirlo más que como un gesto impaciente frente a la escritura ficcional;
2. "El umbral", relato escrito en 1995, premiado en 1996 y publicado en una antología de ciencia ficción en la que los autores no tuvimos, lamentablemente, la opción de la corrección. Por lo que esta versión es una especie de reconciliación con aquella escritura;
3. “El Faro", fábula incluida en el libro "Contratiempo o los vaivenes de la pasión" (1997);
4. "Plaza Once", relato escrito en 1994 y que no fue publicado como tal sino integrado a tres capítulos de la novela "Zona de paso" (2000), a la que dio origen. 

"Las tramas secretas. Cuentos de suspenso y misterio" / Zenda Liendivit (Contratiempo Ediciones, Abril 2014)