lunes, 6 de junio de 2016

ARTE, CULTURA, COMUNIDAD


Nos estamos yendo de Nueva York. Lo cual siempre es un poco difícil. Ciudad de contrastes irreverentes, fastuosa y degradada a la vez, que fascina y repele con la misma intensidad. Nos quedan las charlas, los encuentros, la errancia, algunas reflexiones sobre los modos de la cultura en las grandes metrópolis. No siempre alentadoras. Este viaje reforzó la necesidad de una construcción alternativa: urge pensar fuera de monopolios, academias e instituciones, de estructuras que necesitan de la circulación del capital como fin último (aunque con ello, a veces, dieran formas bellísimas). Aquí, en el centro del mundo, pero también en Buenos Aires. Pensar una cultura y un arte “descarrillados”, que originen comunidad de sensibilidades afines. Es la búsqueda y el objetivo: pensar la ciudad es pensar hoy las formas de vivir, las atmósferas a construir y las geografías a demoler. Nos vamos de la bellísima e intensa Nueva York, ciudad que facilita la masificación y la diferencia. Nos quedan también algunas instantáneas dando vueltas en la cabeza. Y el deseo, claro, de pronto retorno.